De Mingo se acoge a su derecho a no declarar en la Audiencia Provincial de Madrid

Actualizado: martes, 9 mayo 2006 22:40


MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -

Noelia de Mingo, la médico residente de la Fundación Jiménez Díaz acusada de matar a tres personas y herir a siete más con un cuchillo de grandes dimensiones, se negó hoy a declarar durante la primera sesión del juicio que se celebra contra ella en la Audiencia Provincial de Madrid. Sus compañeras, que la describieron como una persona "rara y desaliñada", aseguraron que la tenían miedo porque miraba muy mal a los pacientes, se sacudía la ropa como si tuviera bichos, se reía y canturreaba sin venir a cuento y escribía con el ordenador apagado. Además, una de las supervivientes aseguró que ella misma y otra doctora que murió asesinada dieron parte a sus superiores ante el comportamiento de la acusada.

Durante el juicio, María Belén A.S, que trabajaba en la Jiménez Díaz en el momento de los hechos, explicó que las semanas previas al suceso, la acusada ya tenía un comportamiento muy anormal: miraba mal a los pacientes, se sacudía constantemente la ropa, como si tuviera bichos y escribía con el ordenador apagado.

De hecho, dos de sus compañeras, Leilah E.O., fallecida en el suceso, y María A.V. decidieron dar parte a sus superiores. Este extremo fue confirmado por la propia María A.V., quien explicó que los dos adjuntos Olga S. y Carlos A. se limitaron a proponer que De Mingo se sometiera a una revisión psiquiátrica "que nunca llegó".

Según relató esta doctora, el comportamiento de Noelia dio un giro entre diciembre de 2002 y enero de 2003, cuando comenzó a hablar sola y a canturrear cuando no venía a cuento. "Estaba fatal y esto se veía venir", declaró.

Las compañeras de De Mingo que declararon hoy aseguraron que nunca antes habían recibido amenazas por parte de la médico y creen que el detonante de que cometiera los crímenes fue el hecho de conocer que debía someterse a una evaluación psiquiátrica.

Mientras las doctoras declaraban, la acusada, vestida con un traje oscuro, una camisa blanca y esposada, permaneció en la Sala en actitud ausente, aunque de vez en cuando miraba al estrado en el que se encontraba su abogado defensor. De Mingo no quiso dar su versión sobre lo que ocurrió el fatídico 3 de abril.

CLAVADO HASTA EL MANGO

Por otro lado, María Pilar P.M., que resultó policontusionada, explicó que intentó arrebatar el cuchillo a la residente, que lo clavaba "hasta el mango" en el cuerpo de sus víctimas. "Quise frenar el ataque pero Noelia sujetaba el cuchillo con una fuerza tan brutal que parecía que lo tenía pegado a la mano", contó.

Otra testigo de los hechos, Carmen F.C., una enfermera que recibió diversas puñaladas, manifestó que en el momento de los hechos sintió "pánico y terror". Además aseguró que la imagen de Noelia de Mingo con el pelo en la cara mientras apuñalaba a sus compañeras y, sobre todo, su mirada, son dos cosas que no se le olvidarán "en la vida".

Finalmente, Carmen M.L., una de las heridas más afectadas, contó entre lágrimas cómo el hecho de haber sido agredida por la procesada ha cambiado su vida, ya que no puede apenas caminar y la mano izquierda se le ha quedado inútil. "Sólo recuerdo que salí al pasillo, me encontré con ella y me cosió a puñaladas", dijo la testigo, al tiempo que recordaba que desde el 3 de abril de 2003 tiene pesadillas con Noelia esgrimiendo el arma homicida.

El abogado que representa a la acusación particular, Carlos Sardinero, al término de la primera sesión del proceso, subrayó que los responsables de la clínica sabían que la acusada estaba enferma y que se encontraba en una situación de riesgo. El letrado no quiso hacer más declaraciones porque, según dijo, no quiere que haya "un juicio paralelo". Sin embargo, dijo no sorprenderse por el hecho de que la estrategia de la defensa se base en que la acusada no declare.

"Aunque puede hacerlo en cualquier momento, incluso al final del juicio, creo que no lo hará", manifestó.