BARCELONA, 24 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los Mossos d'Esquadra desarticularon una red internacional de tráfico de estupefacientes y de robo de vehículos de alta gama, robos en domicilios y falsificación documental que actuaba principalmente en Sabadell, Barberà del Vallès, Cerdanyola, Barcelona ciudad y Tordera (Barcelona), según informó hoy la Policía autonómica.
Según los investigadores, en esta operación destaca por su novedad la actuación coordinada de grupos criminales procedentes del Este de Europa y de Marruecos. También había españoles entre los miembros de la banda.
En total se han detenido 15 personas de nacionalidad marroquí, moldava y española. Los detenidos son Hamal F., de 26 años; Anouar El. H., de 34; Hassan K, de 44; Abdellah K., de 39; Abdelkarin Al H., de 41; Abdellatif B.A., de 35; Zacharie K., de 23; Serghei C., de 33, Patrick K., de 30, Andris S., de 26; David F.F., de 34; Juan G.C., de 27; Josep Maria R.S., de 44; Damian G.C., de 16; y Angel V.G., de 17.
La operación, bautizada como Almogàvers, fue dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Sabadell y se ha dado por cerrada tras seis meses de investigación. Ésta permitió incautar más de una tonelada y media de hachís, recuperar una veintena de vehículos e intervenir una embarcación de gran potencia.
Asimismo, el juez dictó en total más de una docena de órdenes de detención internacional para neutralizar al resto de integrantes de la red internacional.
La banda realizaba diversas actividades ilícitas. Una de ellas era el tráfico de drogas, que introducían en el mercado español y europeo por la costa catalana mediante lanchas de más de mil caballos de potencia, tipo planeadora --una de las cuales fue intervenida--, capaces de trasladar diversas toneladas de droga desde la costa norte de Marruecos hasta la costa del Maresme (Barcelona) y Girona.
Otra de las actividades ilícitas era el robo de vehículos de alta gama, que eran utilizados para el traslado de las substancias estupefacientes, para proveer a otras organizaciones criminales o para venderlos en el mercado ilegal de vehículos de Marruecos y del Este de Europa.
Estos vehículos eran, entre otros, un Audi Q7, un Audi RS4, un Volkswagen Touareg, un Jeep Gran Cherokee, un Toyota Land Cruiser, un Volkswagen Golf, una furgoneta Mercedes Vito, Sprinter y un Volkswagen Transporter.
Gran parte de estos vehículos robados procedían de diversos robos de tipo 'silencioso' en domicilios. Otros eran robados por el sistema 'car jacking', que consiste en el asalto de los coches en la vía pública mientras eran conducidos por sus propietarios, a los que se obligaba a abandonar su vehículo por intimidación con armas.
El ritmo de los robos era muy elevado, llegando a los 50 coches mensuales robados. Asimismo, se procedía a falsificar las matrículas, que eran copiadas de otros vehículos.
