El obispo de Ávila pide que no se vea a los inmigrantes como mano de obra barata y apuesta por facilitar su integración

Actualizado: viernes, 13 enero 2006 19:08

ÁVILA, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, asegura que los cristianos no tienen que ver a los inmigrantes "como mano de obra barata que sostienen nuestra economía" y apela a que se facilite su integración con sus referencias culturales, sociales y religiosas.

En su carta pastoral de esta semana, en la que se celebra la Jornada Mundial de las Migraciones, García Burillo afirma que "entre todos" se debe construir la sociedad y la Iglesia de Ávila al tiempo que apela a que se facilite la integración de los inmigrantes para lo que asegura que las parroquias, comunidades, instituciones y organizaciones "han de estar abiertas para su integración, con un cuidado y una pastoral específica dadas sus circunstancias y características especiales".

Asimismo, el obispo de Ávila reconoce que muchos de los inmigrantes que llegan a España son católicos por lo que cree que deben encontrar las puertas de la Iglesia abiertas "porque ellos son una riqueza y pueden ser de gran colaboración con nuestras actividades litúrgicas, cateréticas y pastorales".

Otros inmigrantes "son cristianos de distintas tradiciones", según asevera García Burillo, quien pide que se respete sus tradiciones y normas del Ecumenismo, al tiempo que asegura que en el caso de los que llegan a España y procesan el Islam la Iglesia "debe mantener actitudes de acogida y caridad yendo al encuentro de expectativas y exigencias de toda persona en necesidad".

Al respecto, el obispo de Ávila asegura que la mayoría de ellos también rechaza el terrorismo y apuesta por una convivencia tranquila y serena por lo que asegura que hay que mantener formas de diálogo interreligioso "por difícil que nos parezca".

En su carta pastoral, García Burillo se refiere a uno de los principales problemas de los inmigrantes que afecta a las mujeres que son sometidas a diferentes formas de explotación y afirma que los Cristianos no pueden ser "insensibles" a semejantes formas de deshumanización.

Concluye su carta García Burillo animando a los abulenses a "construir juntos la sociedad y la Iglesia abulense, asumiendo a los inmigrantes como una tarea personal y comunitaria, la realidad que nos ha tocado vivir, como un signo de los tiempos de este momento de la historia".