Rouco Varela pide que España sea un pueblo "solidario" con la inmigración

Actualizado: sábado, 14 enero 2006 17:30


MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

Con motivo de la 92 Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que la Iglesia celebra el próximo domingo, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela ha pedido que España sea un pueblo "solidario" con la inmigración, donde nadie quede "excluido".

A su entender, con respeto y solidaridad se derribarán las barreras de los prejuicios existentes y así se rechazará la discriminación.

En una carta pastoral titulada 'Una sola comunidad, un solo pueblo, un solo barrio: juntos los construimos', el cardenal insta, "desde la fe", a "hacer de nuestra sociedad un pueblo solidario en la esperanza de que nadie quede excluido; un pueblo realmente preocupado por la calidad de vida de las personas, salvaguardando la dignidad del hombre en las relaciones sociales, laborales y económicas".

A su juicio, "superar todas las incomprensiones y las dificultades propias de una convivencia entre personas y grupos que no tenemos la misma historia, ni las mismas costumbres, que no hablamos la misma lengua, incluso, en no pocos casos, que no profesamos la misma religión y que, en último término, no nos conocemos, no es evidentemente una mera cuestión de tiempo", sino que implica "una tarea humana y cristiana que entraña y exige conversión de actitudes y de corazones".

Así, el camino, según el arzobispo de Madrid, pasa por la afirmación práctica de cuatro pilares éticos fundamentados en el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios: la verdad, la justicia, el amor y la libertad.

"RETO".

Rouco, que constata que a la Comunidad de Madrid llegan inmigrantes "de una forma muy acusada", asegura que la inmigración es "todo un reto, en orden a afrontar la tarea histórica de hacer posible una sociedad nueva y una convivencia profundamente humana".

El cardenal explica que a los inmigrantes no se los puede considerar "como extraños, como forasteros", ya que son "nuestros vecinos y nuestros feligreses, son nuestros diocesanos, son nuestros conciudadanos". "Toda inmigración de trabajo se transforma en población de ciudadanos", asevera en su misiva.

En este sentido, pide que la jornada que se celebra el domingo sirva como estímulo "para conseguir que nuestras comunidades cristianas sean constructoras de unidad integradora, capaces de abrazar a todos por encima de las diferencias de nuestros orígenes".

"En el actual contexto social -este mundo urbano, plural, complejo y cambiante, en el que nos toca vivir-, los cristianos, madrileños e inmigrantes, estamos llamados a reconocernos entre nosotros como hermanos (...) de modo que la nueva sociedad emerja cada vez más visiblemente, por encima de las diferencias de nuestros orígenes y de nuestra condición, con gestos de respeto, de solidaridad, de mutua ayuda, de amistad y fraternidad", señala monseñor Rouco.

El ex presidente de la Conferencia Episcopal Española cree que "de este modo" se derribarán las barreras de la desconfianza, de los prejuicios y de los miedos que, a su entender, por desgracia, existen, y así se rechazará la discriminación o exclusión de cualquier persona.

Monseñor Rouco Varela concluye su carta animando a restablecer la fraternidad, asumiendo todos el compromiso de "construir una sola comunidad, un solo pueblo, un solo barrio", algo que, explica, sólo se logrará "unidos a Jesucristo".