Publicado: miércoles, 31 enero 2018 19:10

ROMA, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, ha precisado que "la Iglesia en China no pretende sustituir al Estado, sino que desea ofrecer su contribución serena y positiva por el bien de todos" y ha precisado que el Papa Francisco sigue "personalmente" las negociaciones con las Autoridades de la República Popular China y que todos sus colaboradores están "en sintonía con él".

Parolin ha indicado que en el pontificado del Papa Francisco las negociaciones se mueven siguiendo la línea de una apertura constructiva al diálogo y fidelidad a la genuina tradición de la Iglesia. "El Santo Padre sigue personalmente las negociaciones actuales con las Autoridades de la República Popular China. Todos sus colaboradores actúan en sintonía con él. Nadie toma iniciativas privadas", ha concretado en una entrevista con La Stampa.

Además, ha precisado que no se trata de mantener un conflicto perenne entre principios y estructuras contrapuestas, sino de encontrar soluciones pastorales realistas que permitan a los católicos vivir su fe y proseguir juntos la obra de evangelización en el contexto chino específico. "En China no existen dos Iglesias, sino dos comunidades de fieles que están llamadas a cumplir un camino progresivo de reconciliación hacia la unidad", ha puntualizado.

En relación a la cuestión de los nombramientos de los obispos que ha generado alguna polémica en China, Parolin ha señalado que "la Santa Sede conoce y comparte los graves sufrimientos que soportan muchos católicos en China y su generoso testimonio del Evangelio" y ha añadido que en este marco "la cuestión de la elección de los obispos es crucial".

"No podemos olvidar que la libertad de la Iglesia y el nombramiento de los obispos siempre han sido temas recurrentes en las relaciones entre la Santa Sede y los Estados", ha agregado.

A su juicio, una vez considerado adecuadamente el punto del nombramiento de los obispos, las dificultades que queden ya no deberían ser tales como para impedir a los católicos chinos vivir en comunión con el Papa. "Esto es lo importante, y lo que tanto se esperaba y deseaba desde san Juan Pablo II y Benedicto XVI", ha remarcado.

También se ha dirigido a los católicos chinos para manifestarles que la Iglesia nunca olvidará las pruebas y los sufrimientos pasados y presentes. "Estamos cerca de ustedes, no sólo con la oración, sino también con el compromiso cotidiano de acompañarles y apoyarles en el camino hacia la plena comunión. Por ello, les pedimos que ninguno se aferre al espíritu de contraposición para condenar al hermano o que use el pasado como un pretexto para fomentar nuevos resentimientos y cerrazones", ha subrayado.

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