Botellón.- Asociaciones de Vecinos de Barcelona denuncian el "fracaso" de la ordenanza cívica tras los incidentes

Actualizado: martes, 21 marzo 2006 20:10

BARCELONA, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (Favb) denunció hoy el "fracaso" de medidas coercitivas "como la ordenanza cívica o las medidas policiales exclusivas", ante los incidentes violentos ocurridos la madrugada del sábado, tras la celebración del 'botellón', en el barrio del Raval.

En un comunicado, aseguró que "el pasado viernes en Barcelona faltó una política preventiva que protegiera a los vecinos del Raval y que desviara a las personas que acudían al 'botellón' hacia otros sectores más deshabitados de la ciudad" que "se han utilizado para actos lúdicos multitudinarios".

Según la Favb, "concentrar los esfuerzos en este sentido probablemente hubiera tenido un coste económico y social menor del que ahora deberá enfrentar el conjunto de la ciudadanía para la reparación de los bienes urbanos dañados y los bienes privados".

Ante esta situación, las entidades vecinales se mostraron dispuestas a participar en un "debate en profundidad para buscar formas no coercitivas de afrontar las problemáticas derivadas del uso de espacio público para distintos colectivos, pero garantizando la calidad de vida de los vecinos".

La Favb rechazó convocatorias como las del 'botellón', que "tiene como único objetivo la promoción de la borrachera". Sin embargo, "no podemos caer en la hipocresía de condenar el uso del alcohol barato y promover el alcohol cuando esté tenga un precio y unas características de consumo más elitistas".

"El espacio público habitado no puede considerarse un espacio temático ni del sector turístico ni de personas que hagan un uso irrespetuoso del mismo", señaló la Favb, quien advirtió de que el Ayuntamiento "debe garantizar que en el espacio urbano se pueda vivir y convivir".

"BOTELLÓN, SÍNTOMA PREOCUPANTE DE CRISIS SOCIAL"

No obstante, apostó por analizar que fenómenos como el del 'botellón', como "síntoma preocupante de una crisis social que, por afectar a los sectores jóvenes, puede ser significativa".

"Las quejas relativas al alto precio de las entradas y de las consumiciones en bares no se pueden separar de la falta de espacios autogestionados por jóvenes para que puedan llevar a cabo fórmulas alternativas de ocio", advirtió.