Gran Canaria es un pequeño continente,, con paisajes diversos y temperaturas suaves durante todo el año. - PIXABAY
MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Gran Canaria, una isla de contrastes llena de playas, montes, pueblos únicos, tradiciones y gastronomía, ofrece la combinación perfecta que permitirá a cualquiera despejar la mente de preocupaciones tras la crisis del coronavirus.
¿Quién no sueña ahora con adentrarse en plena naturaleza o recorrer cada rincón de una ciudad? Hundir los pies en la arena de las dunas de Maspalomas, caminar por senderos a través de barrancos, poder ver el cielo estrellado desde el Roque Nublo o recorrer Vegueta, un pueblo lleno de color y 500 años de historia.
Gran Canaria es un pequeño continente, con paisajes diversos y temperaturas suaves durante todo el año. Una isla para practicar deportes acuáticos, para recorrer sus montes y barrancos a través de senderos y para disfrutar de su gastronomía, su gente afable y sus tradiciones llenas de historia.
Una isla de playas. Al norte, en plena capital se extiende la kilométrica playa urbana más conocida del archipiélago, Las Canteras, que se sitúa a tan solo 100 metros de las calles de la ciudad y cuenta con un paseo que recorre la costa, perfecto para largos trayectos a pie o en bicicleta. En el sur, un enorme mar de dunas recubre la costa de Maspalomas, donde ocio y naturaleza salvaje conviven para ofrecer uno de los paisajes emblema de la isla.
Pero Gran Canaria también esconde lugares en su interior que se alejan del más tradicional turismo de sol y playa con el que siempre se ha identificado a la isla. El Barranco de las Vacas, por ejemplo, se encuentra en Agüimes, y es uno de los lugares visualmente más sorprendentes.
Con un paisaje rocoso moldeado por el agua durante millones de años que ha dejado una estampa similar a la del Antelope Canyon de EE.UU. y que se puede ver gracias a una ruta de senderismo.
En la cumbre de la isla, Tejeda ofrece vistas panorámicas del imponente Roque Nublo, el paisaje lunar que le rodea y los valles frondosos y pequeños pueblos que se extienden por las laderas de los barrancos.
El pueblo también se sitúa en un enclave perfecto para observar la variedad natural que ofrece la isla y para divisar Tenerife, con el Teide alzándose sobre un mar de nubes, si las condiciones meteorológicas lo permiten.
Si por su parte, quiere descubrir más sobre la historia de Gran Canaria, el museo y parque arqueológico de Cueva Pintada en Gáldar, considerado un yacimiento único y una de las manifestaciones de arte rupestre más importantes del archipiélago, conserva pinturas murales prehispánicas de los antiguos pobladores de la isla.
Las restricciones de movimiento por el coronavirus han impedido poder disfrutar de acciones tan simples como pasear, lo que ha generado situaciones estrés y también preocupación ante las incertidumbres que acarrea la crisis. Ante esto, Gran Canaria ofrece todos los escenarios para que cada uno encuentre la forma de volver a conectar con el mundo que quedó suspendido durante semanas.
