MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades turcas han hundido este fin de semana un avión A330, ya en desuso, en la Bahía de Saros, en el noroeste de Turquía con el objetivo de convertirlo en una atracción para el turismo de buceo en los arrecifes de corales de la zona, según informe la prensa local.
El avión, que mide 54 metros de largo y una envergadura de 44 metros, fue trasladado desde Antalya al puerto de Ibrice, en la provincia noroccidental de Edirne, en Turquía, y tuvo que ser transportado en seis camiones. Luego fue empujado hacia el mar y remolcado una milla en el Golfo de Saros.
Los técnicos necesitaron hasta cuatro horas para hundir el avión, que pesaba 90 toneladas. Las autoridades locales dijeron que era el avión más grande del mundo sumergido para el turismo de buceo y confían en que sirva para recuperar el turismo en la región.
Una empresa energética ha pagado los costes del traslado, un transporte que consistió en que llevarlo en grandes botes de goma hasta el lugar donde debía ser sumergido.
Una vez en el lugar, los barcos fueron desinflados para permitir que el avión se hundiera intacto hasta una profundidad de 30 metros, aproximadamente a media milla náutica de la costa. Una vez hundido, el avión actúa como un arrecife, convirtiéndose en un imán para la flora y fauna submarinas.
PARQUE TEMÁTICO EN BAREIN
Pero Turquía no es el único país de la región que ha visto filón en este tipo de turismo de buceo entre aviones.
Baréin, estado situado en la costa este del Golfo Pérsico, ha anunciado también que abrirá el próximo verano el parque temático submarino más grande del mundo, que ocupará un total de diez hectáreas para el disfrute de buceadores de todo el mundo. El parque se ubicará al norte del país, a 30 kilómetros de las islas Amwaj.
El parque tendrá un Boeing 747 hundido como principal atracción, pero además incluirá arrecifes de coral, esculturas y la réplica de una casa de un comerciante de perlas local.
Los organizadores aseguran que este proyecto se realiza con las mejores prácticas globales para una mejor sostenibilidad ambiental, para garantizar que no se dañe el medio ambiente o la vida marina. Así se proyecta que además de turistas, sea visitado por biólogos marinos, ecologistas, estudiantes universitarios e investigadores.
