Los acusados aseguran que el Jefe de División fue quien ordenó reducir los despegues y niegan que durante la mañana del 4 de diciembre se ofrecieran solo a controlar los vuelos de emergencia
MADRID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
César Cabo, exportavoz del sindicato Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) y cara visible del colectivo cuando se produjo el caos aéreo de diciembre 2010, ha defendido este miércoles que el cierre aéreo por parte de Aena fue una medida que se realizó aún habiendo controladores para trabajar en sala del centro de control y en la torre del aeropuerto de Barajas.
"A lo mejor no al 100%, pero había gente para que siguieran volando los aviones", ha aseverado el que fuera cara visible del colectivo aquellos días durante su declaración en la vista oral. El juicio se ha retomado este miércoles con el testimonio del resto de los acusados que no han pactado con la fiscal. Sí lo han hecho 119 de los 133 procesados.
Se enfrentan a multas de entre 75.000 y 60.000 euros por un delito de abandono de servicio público que habrían cometido el fin de semana del 3 al 5 de diciembre de 2010.
Cabo, que estaba de vacaciones en esas fechas, ha explicado que la mañana del 3 de diciembre recibió una llamada de otro portavoz del sindicato, Daniel Zamit, en la que le pedía asistir a una rueda de prensa esa misma tarde para exponer la posición del sindicato sobre el Real Decreto aprobado en el Consejo de Ministros en el que se veía afectado el cómputo de la jornada de los controladores y con el que no estaban de acuerdo.
Según Cabo, explicó que el sindicato llevaría ante los tribunales el Real Decreto para mostrar la disconformidad ante esta medida y ante la saturación de decretos. Ha negado, no obstante, su presencia en la reunión de los controladores la noche del 3 de diciembre en el Hotel Auditórium de Madrid para celebrar una Asamblea Extraordinaria. De hecho, ha asegurado que le dio "un ataque de ansiedad" esa noche, cuando recibió entre 300 y 400 llamadas telefónicas.
NO NOTARON FALTA DE CONTROLADORES
Los controladores acusados en el juicio por el caos aéreo han coincidido con Cabo al afirmar que "en ningún momento" notaron la falta de operarios para realizar el servicio y que la sala del centro de control del aeropuerto de Barajas contaba con los suficientes efectivos para realizar las labores.
Además, han explicado que si se cierra la torre de control, los vuelos solo sufrirían retrasos y se podrían redireccionar sus rutas a los aeropuertos de Lisboa o Barcelona, por ejemplo.
De acuerdo con los testimonio de algunos acusados ante las preguntas de la Fiscalía, el entonces Jefe de División, Antonio Almodóvar, fue quien informó de la reducción de los despegues hasta llegar al denominado Rate 0. "Escuché a Antonio Almodóvar gritando que el Rate 0 había que ponerlo ya", ha subrayado una de las acusadas.
"NERVIOSISMO GENERALIZADO"
Otro de los acusados ha relatado que el día 3 por la tarde había "un nerviosismo generalizado". En su caso, había sufrido un incidente con un avión de Iberia y un helicóptero que logró solventar, pero que le provocó una situación de estrés que obligó a un compañero a relevarle en el puesto.
El acusado ha detallado que ese día firmó un formulario en el informaba del incidente y otro en el que constaba que no estaba en plenas capacidades, aunque eso no impidió que continuara en el puesto, ya que la carga de trabajo se había reducido a la mitad a esas horas.
Según la Fiscalía, durante la tarde del 3 de diciembre, un grupo de 59 controladores de los 66 previstos para ese turno, "una acción colectiva y concertada con el fin de paralizar la actividad aeronáutica al margen de cualquier negociación colectiva u otra vía legal", presentó ante el responsable de la sala un documento en el que cada uno, "a su manera", alegaba una disminución significativa de sus capacidades psicofísicas para desempeñar su puesto de controlador aéreo.
El hecho de que la práctica totalidad de los trabajadores presentaran el formulario obligó a la Dirección Regional Centro-Norte de Aena a la reducción progresiva de la capacidad de los distintos sectores, aunque los acusados aseguran que los impresos se presentaron después de que el gestor aeroportuario tomara la decisión de reducir los despegues.
Otra de las acusadas ha asegurado que Almodóvar le dio "golpes en los papeles" para que firmara el formulario 34-4 y accedió a hacerlo, ya que su superior le dijo que lo tenía que hacer en cumplimiento de su deber.
Al día siguiente, el 4 de diciembre, los trabajadores acudieron a Barajas y furgonetas de la Policía Nacional les impidieron el paso. Cuando lograron entrar comprobaron que la sala de control estaba militarizada y que en la sala no había hoja de firmas.
Los acusados han negado que durante la mañana del 4 de diciembre se ofrecieran solo a controlar los vuelos de emergencia. Según sus testimonios, el día 4 en la sala había suficientes controladores para ejercer sus labores, hasta que el espacio aéreo se reabriera a las 12.30 horas.
