El Gobierno nigeriano fuerza el retorno de miles de desplazados a una zona de alto riesgo yihadista

Mujer desplazada en Nigeria
REUTERS / PAUL CARSTEN
Actualizado: sábado, 1 septiembre 2018 10:46

Fuentes diplomáticas perciben fines electoralistas en la decisión del presidente Buhari

ABUYA/MAIDUGURI, 1 Sep. (Reuters/EP) -

El Gobierno nigeriano ha ordenado a decenas de miles de desplazados que vuelvan a sus hogares en la región de Guzamala, situada en el extremo noreste del país y considerada todavía como una zona de alto riesgo por ataques islamistas, tras advertirles de que cualquiera que se niegue a regresar dejará de recibir ayuda humanitaria, según han relatado múltiples afectados a Reuters.

Fuentes diplomáticas y organizaciones humanitarias sospechan que este retorno forzado está relacionado con las aspiraciones políticas del presidente del país, Muhammadu Buhari, y de su partido de cara a las próximas elecciones locales, dado que no existe el voto a distancia, los votantes deben depositar la papeleta en persona y en el lugar donde están registrados.

De acuerdo con los testigos, las amenazas fueron realizadas en persona por responsables del propio Gobierno, entre ellos el comisario para las tierras del estado de Borno, Sugun Mai Meleh, y el presidente del consejo local de Guzamala, Lawan Umara Zanna. Este último ha reconocido que estuvo presente en una reunión con desplazados pero desmintió haber efectuado cualquier tipo de advertencia.

Sea como fuere, los desplazados de Guzamala se exponen al retorno a una localidad donde al menos 19 personas murieron y 63 resultaron heridas en un ataque yihadista a principios de mes, y donde opera Estado Islámico para África Occidental, una escisión de la organización terrorista Boko Haram que se ha convertido en la principal amenaza de la región.

Ahora mismo el proceso de retorno se encuentra suspendido temporalmente después de que algunos gobiernos de la región, aliados militares de Nigeria en la lucha contra el terrorismo, expresaran su preocupación sobre el bienestar de los desplazados, pero desde fuentes próximas a las conversaciones se da por segura su reanudación dentro de pocas fechas.

"NOS HAN ENGAÑADO"

El pasado mes de junio, el Gobierno expulsó del campo de refugiados de Bakasi, en la capital de Borno, Maiduguri, a más de 2.000 desplazados de Guzamala, que han regresado a la región solo para ser testigos de una horrible escena de destrucción.

"Aquí no hay nada que no sea sufrimiento", lamenta Modu, uno de los afectados, entre edificios carbonizados o colapsados, puentes destruidos y recursos contaminados.

Nada más llegar, recibieron una ayuda completamente insuficiente para reactivar sus vidas -- comida y agua para diez días, según testigos --. Los propios militares que aseguran la ciudad reconocen que el lugar "no está listo para alojar a gente: no hay comida y el agua escasea" hasta tal punto que los militares están entregando a la gente sus propias raciones de agua.

"En circunstancias normales no deberían haber regresado. No solo Guzamala está en esta situación. El norte entero del estado está igual. Boko Haram y Estado Islámico lo han dejado hecho una ruina y todavía siguen aquí", según un militar bajo condición de anonimato. "La culpa es de nuestros jefes, quieren aparentar que las cosas aquí están bien", lamenta.

Tampoco hay terrenos aptos para la agricultura, a pesar de que el Gobierno había prometido lo contrario. Cualquier espacio mínimamente cultivable se encuentra en la periferia de la región; exactamente donde se encuentra Estado Islámico.

"Esperábamos que el Gobierno nos diera algo de comer, pero no han hecho nada. Nos ha mentido. Es mejor volver a Maiduguri que morise de hambre", lementa Kadai, otro de los desplazados.

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