HRW denuncia asesinatos, secuestros y amenazas a minorías étnicas en zonas bajo control del Estado Islámico

Actualizado: miércoles, 8 julio 2015 11:49

MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -

La organización pro Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este sábado los asesinatos, secuestros y amenazas que el Estado Islámico, antes conocido como Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) está llevando a cabo contra las minorías religiosas y étnicas en las cercanías de la ciudad de Mosul, en Irak.

"El ISIS debería de parar su despiadada campaña contra las minorías en Mosul y en los alrededores", ha dicho la directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson. "Ser turcomano, chabaquí, yazidí o cristiano en el territorio del ISIS puede costarte tu sustento, tu libertad e incluso tu vida", ha añadido.

Desde la toma de Mosul el pasado 10 de junio los extremistas suníes han capturado al menos a 200 turcomanos, chabaquíes y yazidíes y han matado al menos a once de ellos. Todos los cristianos han sido obligados a convertirse al islam o a pagar un "tributo". Si no lo hacen deben abandonar Mosul. El Estado Islámico es el último de los grupos armados extremistas que han matado y amenazado sistemáticamente a los cristianos, chiíes y yazidíes, ya que les consideran cruzados, herejes y fieles al demonio respectivamente.

Decenas de miles de turcomanos y chabaquíes han huido de sus casas como consecuencia de las operaciones del Estado Islámico en las que los milicianos secuestran a los hombres y saquean sus casas y lugares de trabajo.

Muchos de los detenidos son torturados o incluso ejecutados. En junio los milicianos del ISIS capturaron a 28 guardias fronterizos yazidíes y los retuvieron hasta 25 días. Dos de los secuestrados han asegurado a HRW que los milicianos les golpeaban con palos y pistolas y que les llamaban "infieles".

El Estado Islámico comenzó el pasado 14 de julio a marcar las propiedades de las minorías para designarlas como cristianos, chiíes turcomanos o chiíes chabaquíes y ha impuesto una tasa a los pocos comerciantes cristianos que aún quedan en Mosul, según han informado autoridades religiosas a HRW.

La libertad de credo y religión es un Derecho Humano fundamental, y al estar reconocido en el Derecho Internacional no puede ser derogada o suspenderse parcialmente, recuerda HRW. Bajo las leyes de la guerra las convicciones y las prácticas religiosas de los civiles y de los detenidos deben ser respetadas. Por lo tanto, el asesinato de civiles, el secuestro y la tortura de los detenidos así como el asesinato de los mismos, son considerados crímenes de guerra, añade el grupo.

A pesar de que las leyes de la guerra islámicas prohíben la destrucción y el daño de los bienes culturales y religiosos, los milicianos también han atacado los edificios de la archidiócesis católica caldea y la diócesis ortodoxa asiria en Mosul. Testigos presenciales han informado a HRW de que los milicianos han destruido al menos seis monumentos religiosos y culturales en la ciudad.

LA POLICÍA COMO OBJETIVO

El Estado Islámico también ha atacado a la Policía y a las fuerzas de seguridad, ya que muchos de los integrantes son chiíes, y les han ordenado arrepentirse de sus creencias en ciertas mezquitas de la ciudad. Si no lo hacían, el Estado Islámico los mataría.

Bajo las amenazas de los milicianos, cientos de miembros de las fuerzas de seguridad y soldados se han arrepentido, según han informado los residentes a HRW. A pesar de esto, muchos siguen huyendo al enterarse de que sus conocidos están siendo asesinados a pesar de haberse arrepentido.

Los milicianos también han retenido de 15 a 20 militares sunníes y miembros del prohibido partido Baaz del expresidente Sadam Husein, a dos cargos regionales y a tres activistas locales. El grupo extremista ha liberado a algunos de ellos pero también ha retenido a decenas de exmilitares y baazistas que han sido interrogados durante horas, según han informado las autoridades regionales.

Según HRW, el Estado Islámico debería de parar inmediatamente los secuestros y los asesinatos. También debería de dejar de atacar las propiedades de las minorías religiosas. Las autoridades regionales suníes, a su vez, deberían de presionar al Estado Islámico y a los grupos armados asociados a él para que paren la violencia contra las minorías religiosas.

"El ISIS parece que intenta borrar los restos de cualquier grupo minoritario de las áreas que controla en Irak", ha dicho Whitson. "No importa cómo los líderes (del Estado Islámico) intenten justificar sus crueles actos o su devoción, que no consiguen más que un reinado del terror", ha añadido.

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