La ONU teme un repunte de las langostas en el Cuerno de África

Enjambre de langostas en el noreste de Kenia
Enjambre de langostas en el noreste de Kenia - FAO/SVEN TORFINN - Archivo
Publicado: martes, 24 noviembre 2020 14:48

MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

La plaga de langosta del desierto que llevó al límite hace solo unos meses a varios países de la zona oriental de África amenaza con empeorar en las próximas semanas, después de que los fuertes vientos hayan empujado a ejemplares adultos desde la zona sur de Somalia hasta áreas del este y el noreste de Kenia.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha apuntado que parte de estos animales ya podrían haber dejado huevos antes de llegar a Kenia, pero teme que la reproducción se dispare en zonas desérticas que han registrado fuertes lluvias recientemente.

Así, cabría prever que habrá nuevas incubaciones y, por extensión, que se formen nuevos enjambres "a principios de diciembre", según el último informe de la FAO, que ha advertido de que la cría también aumenta en la zona centro de Somalia y en el este de Etiopía.

Naciones Unidas teme que este nuevo escenario no haga sino empeorar la situación alimentaria en una región donde ya hay casi 25 millones de personas que sufren necesidades agudas.

La langosta del desierto está considerada la especie migratoria más voraz del mundo: un ejemplar adulto puede consumir casi su propio peso en comida en un día, lo que equivale a unos dos gramos. Un enjambre de 1 kilómetro cuadrado tiene unos 40 millones de insectos capaces de comerse en un día lo mismo que unas 35.000 personas.

La ONU ha redoblado su colaboración con los países del Cuerno de África para intentar contener la amenaza. El representante de la FAO en Somalia, Etienne Peterschmitt, ha confirmado que "han aumentado las operaciones de vigilancia y control, por tierra y aire", para adelantarse a un potencial rebrote.

Las agencias humanitarias también han entregado ayuda a los agricultores de zonas afectadas, muchos de los cuales se han quedado sin su única forma de sustento, y vigilan de cerca la evolución de otros enjambres de langostas en Eritrea, Sudán, Egipto y Yemen, país este último que ya atraviesa una grave crisis derivada de la guerra.

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