Los Mossos lo encontraron "exageradamente limpio" al registrarlo tras el asesinato
BARCELONA, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un agente de Mossos d'Esquadra que participó en la investigación del crimen de la Guardia Urbana ha explicado este miércoles en el juicio en la Audiencia de Barcelona que, al registrar el vehículo del acusado, Albert López, les "llamó la atención un fuerte olor a combustible" mezclado con el perfume de un ambientador de coches, y que en el asiento trasero hallaron restos de sangre.
"Sin hacer ninguna prueba, nos pareció olor a gasolina mezclado con olor a ambientadores", ha detallado el agente ante el jurado, que también ha concretado que usaron sustancias que reaccionan ante los restos biológicos, con las que encontraron una mancha de sangre.
El agente ha explicado que encontraron una mancha de un palmo y medio con forma de media luna en el asiento trasero, "como si un objeto bastante grande hubiera estado allí depositado".
También ha relatado que, al ver el coche, les llamó la atención que estaba "muy, muy exageradamente limpio", incluyendo los bajos de rueda y los amortiguadores, lo que les sorprendió al no tratarse de un coche que estuviera guardado en un garaje particular.
GARAJE DE LA COMISARÍA
La defensa de Albert López ha preguntado a varios de los testigos que han declarado este miércoles por el parking de la comisaría de Guardia Urbana en la Zona Franca, que no tiene cámaras de seguridad y da acceso al lugar donde se guardan las armas desde la planta baja.
Los testigos, agentes del cuerpo, han detallado que en el acceso al garaje hay una garita de seguridad donde no es necesario identificarse si el guardia ya conoce a la persona, y han concretado que los vehículos oficiales se aparcan en la segunda planta, mientras que en las plantas 3 y 4 también se guardan coches y motos personales de miembros del cuerpo.
La defensa de López pretende demostrar que la otra acusada, Rosa Peral, pudo acceder al armero para llevarse su pistola --en la que faltaba una bala cuando se revisó tras el crimen-- y volver a dejarla sin tener que firmar ningún registro por ello: sobre el mismo tema, un responsable del cuerpo declaró hace dos semanas que cualquier agente puede acceder al arma y, a pesar de que no tienen permitido llevársela a casa, no hay un sistema de control que lo garantice.
Un agente y excompañero de patrulla de López también ha explicado que es habitual que los miembros del cuerpo tengan un móvil 'B', que entre ellos llaman 'Bravo', para separar los contactos personales de los profesionales, pero ha negado que supiera si López tenía uno aunque el fiscal le ha preguntado expresamente por el número de la tarjeta de prepago que el acusado usó la noche del crimen.
TERMINAN LAS PRUEBAS TESTIFICALES
Las declaraciones de este miércoles han sido las últimas de la fase de pruebas testificales, que el jurado ha escuchado desde el martes 4 de febrero, y el lunes, el Tribunal del Jurado visitará la zona donde se produjo el crimen la madrugada del 2 de mayo de 2017 para hacer una inspección ocular del espacio.
El magistrado, Enrique Rovira, ha explicado que la inspección será a partir de las 10.00 horas y ha advertido de que no se trata de una reconstrucción de los hechos, por lo que ha avisado a las partes de que no podrán intervenir ni influir en ninguno de los miembros del jurado.
El jurado visitará la casa de Peral en Cubelles (Barcelona) --el fiscal ha pedido que puedan acceder a "todas las dependencias"--, y se desplazará desde allí hasta las cercanías del domicilio de su exmarido, Rubén C., donde se sospecha que los acusados llevaron el móvil de la víctima, Pedro R., tras el crimen para fingir que había ido a pelearse con él.
Finalmente, el jurado se desplazará hasta el lugar donde se encontró el coche calcinado con el cadáver de Pedro R., en lado del pantano de Foix, y el fiscal justificó la petición de la inspección ocular por la falta de pruebas directas del crimen, además de afirmar que facilitará la comprensión de las pruebas periciales criminalísticas, que se expondrán a partir del martes.
